Château Roubine Lion & Dragon Rosé

Grenache Noir, una de las variedades de vino tinto más extendidas del mundo, ofrece vinos de impresionante calidez y profundidad. Originaria de España, ganó nueva popularidad en Francia, especialmente en el valle del Ródano y en Provenza. Los vinos de Grenache se caracterizan por notas de fruta madura de cereza y fresa, complementadas por matices especiados de pimienta y hierbas. En boca son potentes, a menudo con una textura aterciopelada y taninos medios. Ideal como solista o en coupages, Grenache Noir ofrece vinos que se pueden disfrutar tanto jóvenes como envejecidos. Perfecto para platos mediterráneos o carne a la parrilla.

Monastrell, también conocido como Mourvèdre, es una variedad de uva exigente que prospera principalmente en la región española de Jumilla y en la costa mediterránea francesa. Esta variedad de uva, que aprecia mucho el calor del sol y un clima seco, se caracteriza por su color oscuro y su estructura robusta. Los vinos de Monastrell ofrecen un perfil de sabor intenso con notas de frutas negras, especias, hierbas y un toque de chocolate. Su estructura de taninos maduros y su acidez vibrante los hacen ideales para disfrutar con platos contundentes como carne a la parrilla, guisos o queso curado. Descubra la profundidad y complejidad incomparables de los vinos Monastrell en nuestra selección.

La Provenza, enclavada en el soleado sur de Francia, es una región pintoresca salpicada con los diseños fucsias de los campos de lavanda y el verde más profundo de los olivares. Es conocida tanto por su impresionante paisaje como por su vino de clase mundial y es reconocida como la cuna del vino rosado francés. La Provenza es la mayor región productora de vino rosado del mundo y produce abundantemente vinos rosados ligeros y secos que combinan perfectamente con su dieta mediterránea. Pero no se debe pasar por alto que esta región también produce magníficos vinos tintos y algunos notables vinos blancos. Las variedades de uva que se encuentran aquí con mayor frecuencia reflejan la diversidad del patrimonio climático y geológico de la región. Cinsault, Grenache, Mourvèdre y Tibouren son algunos de los protagonistas que le dan a los vinos rosados de la Provenza su carácter distintivo. Syrah y Cabernet Sauvignon complementan la paleta y aportan profundidad y estructura a los vinos tintos. En cuanto a los vinos blancos, el papel de Vermentino (o Rolle, como se le llama aquí) ha aumentado considerablemente en los últimos años. De ella se elaboran vinos con fruta tropical, acidez crujiente y un toque de mineralidad salina. Pero lo que más me fascina de la Provenza es la belleza indómita de su terroir. Colinas empinadas, laderas rocosas y un suelo que varía desde caliza y arcilla hasta pizarra arenosa. Todo esto bajo la constante influencia de Le Mistral, ese poderoso y fresco viento del noroeste que proporciona noches frescas y mantiene las uvas saludables. Los viticultores de la Provenza son maestros en capturar todas estas influencias en la botella. En cada sorbo de vino de esta región se puede saborear la fruta vibrante, la sutil mineralidad y ese toque de hierbas que evocan los hermosos paisajes de la Provenza. Una copa de vino de la Provenza te transporta directamente a este encantador rincón de Francia, y eso es algo que simplemente hay que experimentar.

Château Roubine es una bodega situada en medio del hermoso paisaje de la Provenza. El viticultor pone un gran énfasis en la calidad de sus vinos y cuida sus viñedos con gran esmero. Las uvas se cosechan a mano y se seleccionan cuidadosamente para lograr un resultado excelente. Los vinos de Château Roubine se caracterizan por su calidad excepcional y su sabor inconfundible. Son famosos por su carácter fresco y afrutado, y son un complemento perfecto para la cocina mediterránea. La bodega también ofrece visitas y catas para dar a los visitantes una visión del proceso de vinificación. Château Roubine es un sinónimo de buenos vinos de la Provenza y una visita obligada para cualquier amante del vino.